olivetti studio 44
En un rincón del sótano, en su cajita de madera color granate, se encuentra ella; de color verde aceituna; teclas negras y redonditas; limpia y engrasada. El olor a tinta, la suavidad de su tacto, ahh, cuantos ratos he pasado contigo, vieja compañera; a cuantos examenes me acompañastes. No es solamente por eso, por tu compañia, sino por quien te tuvo antes que yo, que encendía su cigarro, y se manejaba por tu teclado; el que me ponía un papel y me dejaba jugar contigo. Eres, querida amiga, una parte de mi historia; eres un trocito de recuerdo de mi infancia, y de mi pasado reciente. En tu teclado, empecé escribir todo lo que se me venía a la cabeza; relatos inventados, emociones profundas: papeles que fueron conservados un tiempo, y en un día de "limpieza" interior, destruidos, ya que su fin, eran simplemente dejarse escribir.
Con cuidado te he puesto en la mesa, y he recorrido el qwerty, he comprobado la fuerza que tengo que hacer para que la impresión sea bonita.
Me ha gustado volver a verte, y volver a acariciarte.
Con cuidado te he puesto en la mesa, y he recorrido el qwerty, he comprobado la fuerza que tengo que hacer para que la impresión sea bonita.
Me ha gustado volver a verte, y volver a acariciarte.
2 comentarios
fuzzy -
besitos marta. :)
Marta -
Me has hecho recordar mi máquina de escribir, con la que aprendí a teclear en el colegio, que pesaba demasiado para mi cuerpecito de niña, pero que me enseñó, no sólo a tener rapidez y aprender las posiciones de las teclas, sino también a escribir en máquina.
Besos