teléfonos
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- ¿Diga?
- Buenas tardes, que tal. ¿Esta por ahí ..?
- Hola, .., pues no, jejeje, ya sabes que es un alma inquieta, no no está. Y si, el móvil se lo ha dejado en casa.
- Ahhh. Bueno, y que tal ¿como estas tú?
- Muy bien chico, como siempre, con el trabajo, los niños, se me pasan los días volando.
- Y bueno, tienes una deuda conmigo.
- ¿yo?
- Si.. yo te enseñe lo que escribí, y tu dijistes que me enseñarías algo de lo que escribes.
- No no.. te dije, que si este verano venías un día, te lo enseñaría.. no has cumplido, pues no te lo enseño.
- Que mala eres.... no he podido ir, y ya me hubiera gustado.
El tono de él ha cambiado, intentando ser sugerente, lo que pone de manifiesto que no está sobrio, lo que hace que ella, se sienta desorientada, ya que no es normal.
- No soy mala, y además, sabes que nadie lee lo que escribo.
- Eres injusta.. yo te he dado a leer lo que escribo.
Con una diferencia, piensa ella, que a ti te gusta presumir de tu escritura.
- ... estás bien??
- Si.. estoy bien.. pero me gustaría leerte.
Las últimas palabras acaban de desconcertarla.. se queda callada... como puede hacer para que termine la conversación, aunque le dá mucha pena de que esté ebrio.
- No te pierdes nada, yo escribo fatal, sin orden ni concierto.
- Déjame que sea yo quien lo juzgue.
- Jejeje, si, si, es verdad.
- Además me gustaría saber que hay en esa cabecita.
- Pájaros, muchos pájaros.
- Insistiré hasta que cedas, soy muy persistente, y me atrae mucho leerte.
Ella vuelve a callar. Al rato, rompe el silencio.
- Bueno chaval, cuando vuelva le digo que te llame, y otro día hablamos.
- Piensatelo.
- ¿Diga?
- Buenas tardes, que tal. ¿Esta por ahí ..?
- Hola, .., pues no, jejeje, ya sabes que es un alma inquieta, no no está. Y si, el móvil se lo ha dejado en casa.
- Ahhh. Bueno, y que tal ¿como estas tú?
- Muy bien chico, como siempre, con el trabajo, los niños, se me pasan los días volando.
- Y bueno, tienes una deuda conmigo.
- ¿yo?
- Si.. yo te enseñe lo que escribí, y tu dijistes que me enseñarías algo de lo que escribes.
- No no.. te dije, que si este verano venías un día, te lo enseñaría.. no has cumplido, pues no te lo enseño.
- Que mala eres.... no he podido ir, y ya me hubiera gustado.
El tono de él ha cambiado, intentando ser sugerente, lo que pone de manifiesto que no está sobrio, lo que hace que ella, se sienta desorientada, ya que no es normal.
- No soy mala, y además, sabes que nadie lee lo que escribo.
- Eres injusta.. yo te he dado a leer lo que escribo.
Con una diferencia, piensa ella, que a ti te gusta presumir de tu escritura.
- ... estás bien??
- Si.. estoy bien.. pero me gustaría leerte.
Las últimas palabras acaban de desconcertarla.. se queda callada... como puede hacer para que termine la conversación, aunque le dá mucha pena de que esté ebrio.
- No te pierdes nada, yo escribo fatal, sin orden ni concierto.
- Déjame que sea yo quien lo juzgue.
- Jejeje, si, si, es verdad.
- Además me gustaría saber que hay en esa cabecita.
- Pájaros, muchos pájaros.
- Insistiré hasta que cedas, soy muy persistente, y me atrae mucho leerte.
Ella vuelve a callar. Al rato, rompe el silencio.
- Bueno chaval, cuando vuelva le digo que te llame, y otro día hablamos.
- Piensatelo.
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