preguntas
Cae la noche, en la casa, tan enorme para ellos dos, deciden subir al dormitorio. Sus caras tristes apesadumbradas. En silencio se meten entre las sábanas, de invierno, calentitas.
En la oscuridad, él le pregunta a ella: "¿me quieres?". Esas palabras en sus labios suenan extrañas; no es dado a decirle que la quiere, y ni muchísimo menos a preguntarlo. Normalmente es ella la que lo agobia para que él le diga que sí, que la quiere.
Ella se queda callada: como decirle que le quiero, que le amo. Su respuesta es preguntarle:"¿por qué me lo preguntas?".
Dice: "Te veo distante, fría, como si no estuvieras conmigo. ¿dónde tienes tu cabeza?".
Mi cabeza, responde, está en muchos sitios, está agobiada; le contesta que le quiere, mucho, y que disculpe la ausencia.
El la abraza, ella se deja abrazar, y juntos, sintiendo sus corazones y su respirar, se quedan dormidos, hasta que suena el despertador; y él, como es su costumbre, le dá una patadita impaciente en la pierna de ella, pues así puede disfrutar de calor que deja ella en la cama; le gusta sentirla de esa manera, disfrutar en soledad del calor de ella. Y ella, disfruta del café a solas, mientras él aún continúa en la cama. Y medita sobre la preocupación de él, y se esforzará para que no siga preocupado, para que sin decirlo, él sienta todo su amor, toda su admiración, todo lo que su corazón siente por él.
El amor, se demuestra amando.
En la oscuridad, él le pregunta a ella: "¿me quieres?". Esas palabras en sus labios suenan extrañas; no es dado a decirle que la quiere, y ni muchísimo menos a preguntarlo. Normalmente es ella la que lo agobia para que él le diga que sí, que la quiere.
Ella se queda callada: como decirle que le quiero, que le amo. Su respuesta es preguntarle:"¿por qué me lo preguntas?".
Dice: "Te veo distante, fría, como si no estuvieras conmigo. ¿dónde tienes tu cabeza?".
Mi cabeza, responde, está en muchos sitios, está agobiada; le contesta que le quiere, mucho, y que disculpe la ausencia.
El la abraza, ella se deja abrazar, y juntos, sintiendo sus corazones y su respirar, se quedan dormidos, hasta que suena el despertador; y él, como es su costumbre, le dá una patadita impaciente en la pierna de ella, pues así puede disfrutar de calor que deja ella en la cama; le gusta sentirla de esa manera, disfrutar en soledad del calor de ella. Y ella, disfruta del café a solas, mientras él aún continúa en la cama. Y medita sobre la preocupación de él, y se esforzará para que no siga preocupado, para que sin decirlo, él sienta todo su amor, toda su admiración, todo lo que su corazón siente por él.
El amor, se demuestra amando.
7 comentarios
Anónimo -
Caramelo -
Un abrazote
Ana -
fuzzy -
AFS: si, es bonito tener a alguien que te demande amor. :)
Juskdon: escribí el post emocionada. Me alegra que también os llegara. :)
juskdon -
Al fin solos -
Anul -