Siempre que tengo que ir al banco observo la gente que hace cola, los que atienden a las mesas; disfruto observando a la gente e imaginandome historias. El abuelito que va con sus acciones a preguntar cuanto han rendido; la pareja joven que está gestionando la hipoteca; las señoras que van a pagar recibos, o a reintegrar dinero para la compra; gente que va a que le aclaren el recibo que han pagado, de que és. Y miras como van vestidos, los zapatos que llevan, si son pacientes, impacientes, si sonrien, si el gesto es de contrariedad.. o si estan en bavia como yo; y los trabajadores, como tienen su sonrisa estandar, cargada de paciencia, y atienden uno a uno a cada cliente.Impecablemente vestidos.. os habeis fijado. Tanto chicas como chicos van impecables. Espero mi cola, porque yo voy a preguntar; normalmente manejo caja electronica, y de esa manera he conseguido disminuir bastante las visitas a la oficina; me atiende un sr. muy agradable, con bigote, gafas, un sello en la mano derecha; es bajito, con manos pequeñitas y regordetas, que me mira y me hace sentar: ha sido amable. He salido con una sonrisa, me han atendido bien, y he tenido un momento de soledad compartida.
Le gusta pisar el acelerador, y cuando lo hace siento como mi espalda se pega al asiento, y me dá vértigo: debo de reconocer que me encanta ver su dominio, su soltura, y como cuando cambia de marchas deja pasar su mano por mi rodilla.. disimuladamente. Me mira y se sonrie..."suelta la puerta, y deja de frenar que tu no tienes el pedal". Me río y le digo una palabrota. Se vuelve un segundo, veo el brillo de sus ojos, y con media sonrisa me dice.. "anda niña, no te asustes. confía en mi". Estos últimos días, estas siendo amable, me piropeas, y me mimas. Y yo.. me dejo mimar.
Has vuelto. Y yo soy otra. Pero cuando te miro vuelvo a ver a quien era. Me gusta quien era yo. Y quien me hacías sentir. Mimada, consentida, caprichosa. No puedo evitar que mi corazón se sienta raro. Siento que estos años se han borrado. Y todo es como era. Sin embargo me miro en el espejo: esos ojos que me miran, mmm no tienen la ingenuidad de atrás. Esa boca, te habla con serenidad y se atreve incluso a ironizar contigo. No permite que la examines. Solamente cuando me llamas por mi diminutivo... me tiemblan las piernas. Hago mucho hincapié en que estoy bien, que no te preocupes. Me dices que tu no.. y en ese instante me ganas por goleada. Y no quiero más que achucharte, y decirte que no te preocupes, que yo estoy para animarte, contarte chismecillos y hacerte más llevaderos tus alti-bajos. ¿qué necesito ahora? Reflexionar. Mi vida es como un tren (idea de albatros) en el que voy sentada al lado de la ventanilla, y a través de ella veo un paisaje precioso, casi bucolico. Es un buen tren. Y no me voy a bajar de él, porque mi corazon está tranquilo: puedo amar madura y libremente. Aunque a veces tengo dudas (idea de martita). No tengo que perderme en la pasión o en el sin control que en ocasiones nos desborda la emoción, y la impaciencia (idea de desaa). Debería de aplicarme el cuento, y vivir, disfrutar el ahora y aquí. Y no pensar...
Gira, y gira. A veces, es una tranquilidad saber que despues de la noche viene el día, el amanecer, el potencial de que "todo es posible". En el ocaso.. es sonreir por lo vivido, y el abrazar la noche y descansar en los sueños. Sueños que estan pintandos de mil colores. Un arco iris de ilusiones. Sueño, ilusión, esperanza.
Sus ojos azules la observaron, y decretaron: "estas ausente". Ella levanta la cara, lo mira con agradecimiento por la preocupación y sonrie. Sigue el tecleo, los telefonos, el jaleo propio, la vida del departamento. Se acerca por el lado izquierdo : "¿que te pasa hoy, niña?." Se gira, lo vuelve a mirar, lo vuelve a sonreir, y encogiendose de hombros, dice: "dias". "Hoy no te voy a insistir, pero sé que te pasa algo. Mañana quiero verte como siempre". Sonrie, y se refugia en su pc. Sonrisa melancolica.. ella es así. Ahora alegre, ahora melancolica, ahora romantica, ahora traviesa. Hoy, ausente.
Simplemente, desearos a tod@s que disfruteis de cada día; que no pretendáis ser perfectos como trabajadores, como compañer@s, como padres, como hij@s, que os permitais equivocaros, y os permitais el seguiros apreciando, y podamos ser libres de los esquemas a los que nos obligamos a encajar.
Pensar, que vuestra vida es vuestra, y nadie la vive para vosotros. Vivir content@s con vuestro día a día, y sereis felices, o personas satisfechas, con una sonrisa en el rostro.
No os dejeis engañar; la alegría se encuentra en las cosas sencillas.
Estas triste; tienes los ojos apagados, la curvatura de tus labios es recta; el trabajo te agota; y yo me siento incapaz de animarte. Me siento feliz, y quiero que tu tambien lo estes; esta mañana he pasado al plan B: hacer el payaso. Si.. y ha resultado. En el coche, me he puesto a cantarte, mientras jugaba con tu mano que estaba cambiando las marchas; no canto muy bien, pero si lo hago flojito, suena gracioso. Me has mirado de reojo... y una leve sonrisita ha asomado a tu rostro. Eso me ha animado a seguir. Y has sonreido más. Cuando me he bajado del coche la sonrisa era completa, y tus ojos volvían a brillar. Me has dicho un piropo, te he manchando los labios de carmin. Despidiendome de ti te he hecho burla. Es un día bonito, no hace tanto frio, he escuchado el canto de un pajarillo esta mañana, y el sol me ha saludado.
La bandera blanca y verde, vuelve tras siglos de guerra. A decir Paz y Esperanza, bajo el sol de nuestra tierra. ¡Andaluces, levantáos! ¡Pedid tierra y libertad! Sea por Andalucia libre, España y la Humanidad. Los andaluces queremos volver a ser lo que fuimos. Hombres de luz que a los hombres, Alma de hombres les dimos. ¡Andaluces, levantáos! ¡Pedid tierra y libertad! Sea por Andalucia libre, España y la Humanidad
Espectacular, estaba espectacular. Hacía un año que no nos veíamos. Vivimos a diez minutos, pero nuestros ritmos de vida, o mejor dicho, mi ritmo de vida es el que ha ocasionado que no nos vieramos hasta ahora. Nos vemos, nos damos nuestros besos, nos decimos lo guapas que estamos, y nos acercamos a la cafetería para charlar mas tranquilamente. Al sentarnos empieza a sonar su móvil, un motorola chulisimo, y pone cara de niña buena. Coge el móvil, es un mensaje, lo lee, y me lo enseña. Un mensaje que es una declaración de amor. La miro y sonrie. Sorprendente, me dice que es un chico que ha conocido por internet, en un chat de juegos en línea. Estuvo hablandome de él, de que ella se reía de los amores de la red, y que ha caído del todo. Que mirá que ha conocido a gente antes que a él, pero como con él con ninguno. Que todos los días hablan hasta cuatro horas, y que él se ha comprado la música que le gusta a ella. Que están como dos quinceañeros enamorados. Le pregunto si no está nerviosa: ella dice que no, que siente que lo conoce íntimamente; que lo ha conocido desde un punto de vista que normalmente no solemos conocernos; nuestro interior, nuestras palabras: me señala a unos chicos de la barra , y me dice que si un chico viniera y se sentará ahora, no lo conocería como lo conoce a él. Yo me alegro por ella, porque se la vé tan bien. Le digo que al fin y al cabo , internet es un medio como otro cualquiera para conocer a alguien; no todo el mundo es bueno, ni tampoco malo. Pero que viva el momento. Me he alegrado de verla, he pasado mucho frío, pero estoy contenta.
He tropezado con ella. A la entrada de casa. En el recibidor. Lleva el pelo suelto, color castaño claro, una melena larga. Me he encontrado con sus ojos. Esos ojos no tienen sentimiento. Estan frios. Sus labios, tienen una sonrisa que no es suya. La expresión de su cara, no la conozco. La imagen que refleja el espejo es de una desconocida. ¿quien será?. Esa chica no sufre, vé todo como si fuera una pelicula, no se empapa de las emociones; no, tiene puesto un impermeable. Quizás lo necesite. Aunque deseo que dentro de poco, cuando se mire, vea mis ojos.
Subí las escaleras del centro comercial con paso rápido; había quedado y tenía el tiempo contado. Entré en la cafetería, y me dirigí a la mesa en la que nos soliamos sentar para tomar café. Estaba junto a la ventana desde donde se veía toda la avenida, cubierta por alamos, y los edificios antiguos que la adornaban. Mi boca sonreía, era una viaje al pasado, un "haber esta ya" en esa situación, pero tan agradable, que no podía dejar de sonreir. A los cinco minutos de tomar café ví como entraban las dos, como si hubiese sido ayer; las dos guapas, elegantes, y la sensación de estar en casa que tienes cuando estas comoda. Me ha alegrado mucho el verlas, el escuchar su voz, el darles un achuchón, ahh, las amigas. Estoy contenta. No dejaré que las nubes se instalen por aqui.
Me gusta cuando me pides que te ayude; eso de que haya algo que tú no sepas, y que yo si, y que te admires cuando lo hago... me siento importante por como me miras, por la carita de desesperado que pones delante del pc. Pero es normal, ya que tú eres monotarea.. eso de abrir más de una página en internet te marea. Pero a mi me encanta tu mareo, cuando me sientas en tus rodillas para que sea yo la que te escriba ese email que tienes que mandar a no se donde, y empiezas a redactarlo..estimado..., jejeje, me río de tus formulismos. Luego te levantas, y te pones a pasear por la habitación dictandome... y me dices... ¿le puedes adjuntar el archivo que hicimos ayer?. Me vuelvo en la silla y te digo vacilando ¿lo dudas?.
El autobus, donde tantos encuentros y desencuentros se producen: curiosamente te encuentras a alguien del trabajo, si vas tarde, algún tardón como una. Hoy me he encontrado con Peter, que es muy tranquilo, y también vivió mi transición hace cuatro años; ha aprovechado que en el bus solamente ibamos nosotros de nuestro curro para preguntarme, en voz bajita.. ¿estas bien arriba? . Yo con una sonrisa natural, le he dicho que si; aunque le he comentado que ahora hay que esperar a los próximos cambios, y que pueda ser que vuelva a la otra oficinita. Ha entornado los ojos, apretado los labios; ¿siii?. Para quitarle tensión a la situación le he dicho que tampoco esta tan mal, que me pilla más cerca... etc, etc. Llevo dos semanas repitiendo lo mismo. Me ha pasado el brazo por encima, me ha dado dos palmaditas, como animandome. Creo que ya lo tengo asumido. Estoy preparada para encontrarme de nuevo con él. Pero nada será lo mismo. Porque yo no soy la misma. Basta mirarme en el espejo, para ver que soy más fuerte. Que los malos ratos me han servido para blindar mis emociones.
Ha nevado... todo está bonito, pero tan, tan , tan , tan frío. El autobus iba con menos gente, había menos coches.. yo también debería de haberme quedado en casa. Pero que se le va a hacer, la obligación, es la obligación. Buenos y helados días.
En la mañana helada, ella pisando fuerte, pero con el corazón temblando, con su carpeta apretada al pecho, se dirige por la avenida, volviendo a pensar.. "es lo más sensato". Su mente distraída, su tic en el ojo que aparece y desaparece, la pesadez en los hombros... se plantea la importancia que le damos a las cosas, y que despues, ante lo inevitable lo único que nos queda es adaptarnos. Pero no desea volver a adaptarse, desea continuar. Esa incertidumbre. Sabe que no debe, pero se apega mucho a la gente, le gusta sonreir y que le sonrían, y eso hace que se creen lazos simpaticos entre sus compañeros diarios. Se acerca al mostrador, y deja el papel. Le estampan el sello devolviendole la copia. Ahora solo queda esperar. Dormir.. quiero dormir.
Buenos días... hoy he pensado que los que no habeis escrito la carta a los reyes magos, que la podeis escribir aquí. ¿Qué habéis pedido? Puede ser divertido. Y despues comentamos que nos han traido de verdad. Yo pedí un mp3, pero dada la poca cualificación del rey mago para temas tecnologicos,creo que me lo tendré que autoregalar. ¿y vosotros?
Por fin hemos pasado la nochevieja, sobrevivido a las reuniones familiares, a mandarnos mensajitos, a estar acelerados. Para mí, hoy llego la calma. Y he de confesar que he disfrutado aunque estoy cansada, me duelen los pies, el cuerpo entero, mi cuello.. acumulo tensión en el cuello. Al menos he conseguido nivelar mi estado de ánimo; he estado leyendo libros sobre "emociones", y aunque parezca una trivialidad, o superficialidad, a mí si me sirven. Ya sé que no dicen nada nuevo.. pero me ayudan. El último libro que he adquirido, es "la muerte lúcida", que me recomendó albatros, cosa que le agradezco; y junto a el tengo "inteligencia emocional", y "con el amor no basta". He llegado a la conclusión de que sufro de "victimismo inocente"; la cura... en cambiar los esquemas. Hay tácticas, y una, no os la imaginais... jejeje, la imaginación. y buscar el equilibrio y dominio emocional: Procurar por todos los medios no estar más a merced de los estados emocionales. Puede ser un buen proposito para este año: equilibrio emocional.
Si, subidas y bajadas.. ahh, que lata. No me gusta mis cambios de ánimo, y ni muchisimo menos que sean a causa de otros; y me fastidia no tener puesto un filtro para los sentimientos de él, y los míos, para que no me afecte lo que le ocurre tanto, para que no me importe tanto su opinión. Bueno, menos mal que tengo mis pequeños desahogos con mis amig@s, siempre hay alguien que te escucha y te consuela, y te dice que las cosas, una a una. No obstante, ya estoy con el plan de choque para las bajadas; arreglarme más.. sonreir más... y pensar en cosas bonitas.
Estoy cansada... no puedo más. Necesito descansar, necesito dormir, necesito... volver a dormir. He despertado de un sueño, en el que mi vida, estaba bien. Y he despertado, dandome cuenta de que otra vez, se ha quitado la máscara, y me ha dañado. Mi corazón... debo de blindarlo. Titanio. Me duele tanto, que no lo noto. Sin embargo, debo de seguir.. levantarme, y seguir con la inercia, y no mostrarme muy descontenta para que por lo menos, el eco que hay entre nosotros, sea educado. A veces, me gustaría dormir.. y soñar, y en ese sueño, una sombra, sin rostro, me protege, me cuida, y puedo relajarme y despreocuparme. Esa sombra me susurra "no te preocupes, princesa".
Me dí la tarde libre, si, si, decidí darme permiso para evadirme. Abrí el pc y miré correos, contesté, visité algunos blog; apagué el pc, y me fui a la habitación de la música, donde con mis cascos inalambricos me decidí a pasar al menos una hora, evadida y tranquila; ropa cómoda, la alfombra, un par de velas en forma de corazón, una varita de incienso de lavanda, y la predisposición de quitarme la tensión de mis hombros, de por un momento, encontrarme a mí.... La música empezó a sonar, Bach, y solamente escuchaba la música, me dejé llevar, y disfruté de cada nota. Los hombros, se destensaron, y mi sonrisa, se hizo más desde dentro.
Gira, y gira.
Estas triste; tienes los ojos apagados, la curvatura de tus labios es recta; el trabajo te agota; y yo me siento incapaz de animarte.
La bandera blanca y verde,
Me gusta cuando me pides que te ayude; eso de que haya algo que tú no sepas, y que yo si, y que te admires cuando lo hago... me siento importante por como me miras, por la carita de desesperado que pones delante del pc. Pero es normal, ya que tú eres monotarea.. eso de abrir más de una página en internet te marea. Pero a mi me encanta tu mareo, cuando me sientas en tus rodillas para que sea yo la que te escriba ese email que tienes que mandar a no se donde, y empiezas a redactarlo..estimado..., jejeje, me río de tus formulismos. Luego te levantas, y te pones a pasear por la habitación dictandome... y me dices... ¿le puedes adjuntar el archivo que hicimos ayer?. Me vuelvo en la silla y te digo vacilando ¿lo dudas?.
El autobus, donde tantos encuentros y desencuentros se producen: curiosamente te encuentras a alguien del trabajo, si vas tarde, algún tardón como una. Hoy me he encontrado con Peter, que es muy tranquilo, y también vivió mi transición hace cuatro años; ha aprovechado que en el bus solamente ibamos nosotros de nuestro curro para preguntarme, en voz bajita.. ¿estas bien arriba? . Yo con una sonrisa natural, le he dicho que si; aunque le he comentado que ahora hay que esperar a los próximos cambios, y que pueda ser que vuelva a la otra oficinita. Ha entornado los ojos, apretado los labios; ¿siii?. Para quitarle tensión a la situación le he dicho que tampoco esta tan mal, que me pilla más cerca... etc, etc. Llevo dos semanas repitiendo lo mismo. Me ha pasado el brazo por encima, me ha dado dos palmaditas, como animandome. 
Si, subidas y bajadas.. ahh, que lata. No me gusta mis cambios de ánimo, y ni muchisimo menos que sean a causa de otros; y me fastidia no tener puesto un filtro para los sentimientos de él, y los míos, para que no me afecte lo que le ocurre tanto, para que no me importe tanto su opinión. 
Me dí la tarde libre, si, si, decidí darme permiso para evadirme. Abrí el pc y miré correos, contesté, visité algunos blog; apagué el pc, y me fui a la habitación de la música, donde con mis cascos inalambricos me decidí a pasar al menos una hora, evadida y tranquila; ropa cómoda, la alfombra, un par de velas en forma de corazón, una varita de incienso de lavanda, y la predisposición de quitarme la tensión de mis hombros, de por un momento, encontrarme a mí....